Pese a haber transcurrido mucho tiempo (varios años) desde que viera por primera vez a aquellos peregrinos por casualidad, hasta que me decidiera a colgarme mi mochila y llegara a escuchar el sonido de la gaita unos metros antes de la plaza del Obradoiro, no dejé ni un solo instante de pensar en Santiago. De echo, todavía tengo mi mente allí.
Nunca antes de que aquel hombre extranjero me preguntase donde se encontraba el albergue de "Mondoñedo" había escuchado hablar del Camino. Me empezó a picar la curiosidad, y cada vez me llamaba la atención ver a "esa gente" con sus enseres a cuestas. Empecé a leer algo al respecto y a ir haciendo preguntas aquí y allá hasta que, 4 años después, decidí caminar a Compostela.
Hórreo en San Lázaro de Paniceres, Oviedo. |
Subida al Puerto del Palo. |
Si algo me quedó claro, es que camino no termina en Santiago, el camino empieza allí...
No hay comentarios:
Publicar un comentario